Las noticias del Covid nos vuelven a alborotar. Sobre todo a las autoridades que, invadidas por el miedo, compiten por hacer demostraciones de control cada vez que pueden.
Es lamentable, porque solo tienen la perspectiva del poder y dejan de lado la realidad de la ciudadanÃa y la perspectiva cientÃfica.
La convocatoria urgente la noche del domingo pasado del Presidente, LenÃn Moreno, al Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional nos puso en ascuas a pocos dÃas de los dÃas festivos de Navidad y fin de año.
Cuando todos esperábamos acabar 2020 con un poco más de paz, unión familiar y recuperar en algo las ventas, las autoridades decidieron inyectar incertidumbre. Por si fuera poco lo que ya hemos sufrido.
Todo se debe a que el Reino Unido reveló que habÃa hallado mutaciones del virus que serÃan más contagiosas que el original.
Lo primero que uno encuentra leyendo un poco de información verificada es que el Reino Unido hace un gran trabajo de investigación y estudio del virus. Secuencia alrededor del 10% de los casos. Algo que pocos paÃses hacen o tiene capacidad de hacer.
Lo segundo es que las mutaciones de los virus son algo común, son parte de su proceso evolutivo a medida que se van diseminando entre la población.
Y, tercero, no se trata de la primera mutación encontrada, ha habido muchas más. Unas más silenciosas que otras.
Dedicándole un mÃnimo de tiempo a investigar e informarse sobre estos temas, uno puede concluir que todas estas noticias son parte del proceso evolutivo e investigativo de un virus y, por tanto, obvias. Es decir, se seguirán secuenciando casos, el Covid seguirá mutando, se seguirán descubriendo estas mutaciones, etcétera.
Entonces, ¿es necesariamente la noticia de la mutación un motivo para tomar decisiones tan radicales como las anunciadas durante el semáforo rojo en el pico más grave de la pandemia? Por su puesto que no, hay que investigar. ¿O vamos a seguir encerrándonos y restringiéndonos cada vez que se descubra una mutación?
Todo esto, que uno esperarÃa fuere lo mÃnimo a considerar antes de tomar ‘decisiones urgentes’, al parecer es ignorado absolutamente por las autoridades.
En solo unas horas el lunes decidieron que habrÃa un toque de queda, restricciones a la movilización, suspensión de varios tipos de actividades y demás.
Otra vez el caos. De nuevo la incertidumbre de cómo operar los negocios. Restaurantes, gimnasios, hoteles, eventos, otra vez suspendidos.
Nadie piensa en nada, al parecer. ¿Y el empleo, los contratos que estaban a punto de firmarse, los comerciantes obligados a la informalidad para subsistir, las familias que no logran parar la cena en Navidad? ¿Dónde quedan todos ellos? ¿Dónde quedamos los ecuatorianos?
Lo más lamentable es que no existe una sola cifra, un solo dato, un solo indicio cientÃfico en el mundo que sustente las decisiones de los COE Nacional y cantonales. Todo lo operaron emocionalmente con base en el miedo.
En Guayaquil, por ejemplo, no hay una sola cifra de empeoramiento de los contagios. Ya superamos incluso dos feriados con picos leves y esperados.
Todo esto es inaudito. Al Covid-19 y la crisis económica le ganamos con cabeza frÃa, con cordura y con serenidad. No encerrados, no con miedo ni competencias de poder.
Comentários