El 2016 ha sido un año muy duro para Ecuador. La administración fiscal de los últimos años condujo la economía por el camino fácil y peligroso. Las consecuencias fueron advertidas desde hace mucho: petro-dependencia, insostenibilidad fiscal y de la deuda pública, falta de ahorros, aumento del costo de vida, poca entrada de divisas, etc. Una desmedida gestión de los recursos públicos agravada por factores externos como la caída del precio del petróleo, el pago de una millonaria multa y el terremoto es la razón de la crisis que atraviesa el país. La economía va mal porque los recursos, que nunca serán ilimitados, han sido y siguen siendo administrados en el sector público como si lo fuesen. Culpar de la crisis al bajo precio del petróleo y demás factores externos equivale a culpar a la calle mojada cuando te chocas manejando ebrio y con llantas lisas.
Ya solo queda un trimestre para que termine el año fiscal, y será el más difícil. Cómo termine la economía este año dependerá de cuánto más logre gastar (o devengar) el Gobierno cuyo déficit fiscal va en aumento. Por lo que esto necesariamente implica cuánto deuda más pueda conseguir. La economía ecuatoriana se adaptó al elevado gasto público y por eso sufre. El país está en un círculo vicioso.
Veamos las cifras fiscales en lo que va del año. Al mes de septiembre el Presupuesto codificado ya alcanzó el incremento máximo del 15% que permite la ley respecto a lo aprobado inicialmente por la Asamblea Nacional. El Presupuesto General del Estado (PGE) pasó de $29.835 millones a $34.267 millones desde noviembre del 2015. Es claro que el Gobierno busca paliar la crisis inyectando dinero en la economía, lo que profundiza la dependencia de la economía sobre el gasto público. Sin embargo, en crisis lo adecuado es contraer el gasto público para dejar más recursos en los bolsillos de las familias y acelerar la reactivación económica. En ese sentido, una medida correcta hubiese sido procurar que el gasto público sea lo menor posible (reducir impuestos, eliminar tramites, etc.) e incentivar el consumo privado para reactivar la producción.
Evolución del Presupuesto General del Estado
Fuente: Ministerio de Finanzas.
Como el Presupuesto aumentó, también se incrementó el déficit y por ende la necesidad de financiamiento (para cubrir déficit y pagar deudas). En el caso del déficit fiscal se duplicó al pasar de $2.463 millones a $5.328 millones. Por consiguiente el financiamiento requerido también aumentó de $4.134 millones a $10.749 millones. Estas cifras son cercanas a las que advertí en noviembre del 2015 cuando se presentó la Proforma Presupuestaria con ciertos “ajustes”[1]. Además el presidente ya reconoció que es una cifra “muy grande”.
¿Pero de dónde espera obtener el dinero el Gobierno este año? Solo el 70% corresponde a los recursos fiscales provenientes de la recaudación tributaria, tasas y contribuciones, petróleo y otros. El otro 30% es básicamente deuda interna, externa y las facturas pendientes. Estas cifras son consistentes con lo dicho recientemente por el presidente Correa y el ministro Herrera que aseguraron que ya se han recibido alrededor de $8.000 millones y que faltarían otros $2.000 millones más por obtener[2]. Es decir que solo en este año el Gobierno adquiría una deuda de más de $10.000 millones equivalentes a cerca del 30% del PGE y el 10% del Producto Interno Bruto (PIB).
Presupuesto General del Estado según la fuente del financiamiento
Presupuesto Codificado (millones USD)
Composición001 – Recursos Fiscales
$18.651
Recursos del Estado 70%002 – Recursos Fiscales generados por las Instituciones
$3.329
003 – Recursos Provenientes de Preasignaciones
$1.284006 – Compensación por Leyes y Decretos
$751201 – Colocaciones Externas*
$1.000
Deuda externa, interna, flotante y otros 30%202 – Préstamos Externos
$4.197301 – Colocaciones Internas
$3.090302 – Préstamos internos
$4701 – Asistencia Técnica y Donaciones
$48996 – Otros recursos
$0998 – Anticipos de ejercicios anteriores
$1.913TOTAL
$34.267
Fuente: Ministerio de Finanzas
*Al 30 de septiembre no constaba la nueva colocación de $1.000 millones en bonos de deuda.
A pesar de todo el Presidente alega que se ha realizado un ajuste fiscal de $6.000 millones, el más grande de toda América Latina según él. Entonces, si se ajustó el gasto ¿Por qué el PGE no disminuye y a dónde se va la plata? Al pago de deudas y al exterior. Porque actualmente se destinan aproximadamente $7.000 millones (más o menos 20% del PGE y 10% PIB) anuales al pago de las diferentes obligaciones que tiene el Gobierno sobretodo en el exterior.
Codificado (millones USD)
Devengado (millones USD)
560000 – Gastos financieros
$1.599$1.365
960000 – Amortización de la deuda pública
$3.102
$3.061
980000 – Obligaciones por ventas anticipadas de petróleo
$1.218
$1.218
990000 – Otros pasivos
$1.101
$1.075
Total$7.020
$6.719
Fuente: Ministerio de Finanzas
Es decir que el tamaño del ajuste equivale prácticamente a las obligaciones que tiene el país como consecuencia del endeudamiento agresivo de los últimos años. Esta cifra resume años de gasto desmedido, sin previsión e incorrecta administración de los recursos. Y esto sin considerar las obligaciones de los próximos años. De acuerdo a información provista por el Ministerio de Finanzas en la Oferta Circular de los bonos 2022[3], para cumplir con el servicio de deuda externa se requerirán $15.217 millones entre 2017 y 2021, y $8.350 millones entre 2022 y 2026.[4]
Como se puede ver, la crisis tiene su origen en el manejo fiscal. El Gobierno necesita la mayor cantidad de dólares no solo para gastar sino para pagar sus obligaciones en el exterior. Esta es además la verdadera razón de las salvaguardias y restricciones a las importaciones. Pues el Gobierno se ha reservado la potestad de ser quien puede sacar los dólares del país a costa del bienestar de los ciudadanos. El manejo fiscal no puede seguir siendo el mismo. El manejo fiscal necesita un cambio rotundo.
[1] No hay presupuesto ajustado sino bien arreglado. 6 de noviembre de 2015.
[2] Conversatorio con medios de comunicación. Guayaquil, 4 de octubre de 2016.
[3] Oferta Circular de la colocación de los Bonos 2022 al 10,75% por $1.000 millones. Página 110.
[4] No incluyen los $1.000 millones adicionales colocados por la reapertura de los Bonos 2022.
Comments