‘Maestro, entonces ¿qué necesita el Ecuador para crecer?’ me preguntó un alumno el último día de la clase de macroeconomía que tengo en un programa de posgrado.
Luego de dos semanas de debatir sobre teoría económica, política fiscal, monetaria, modelos de desarrollo, crecimiento, entre otros temas, los alumnos concluyeron que no estamos haciendo lo mejor que podemos para crecer. Y están en lo cierto.
La política fiscal no es la idónea. Es procíclica, es decir, acentúa la fase del ciclo que atraviesa la economía. En el caso de Ecuador las cifras del Banco Central muestran que estamos en plena desaceleración y por debajo de la tendencia de largo plazo. En sencillo, no estamos con la producción a toda máquina. El desempeño productivo está siendo ineficiente. Al ser procíclica, la política fiscal reafirma esta tendencia a la baja, en lugar de sacarnos de ella.
La teoría económica nos sugiere que en una época como esta el Gobierno debería gastar más y bajar impuestos. Pero no sacar dinero de la nada. Des ahorrar más bien. Ahora es cuando deberíamos estar sacando dinero del fondo petrolero de estabilización fiscal que deberíamos haber engordado durante el boom. De forma análoga, cuando la economía esté robusta se debería reducir el gasto y aumentar la recaudación.
Y aunque en Ecuador no tenemos política monetaria por no tener moneda (estamos dolarizados) el tema nos llevó a conversar sobre competitividad y productividad. No tenemos el “poder” de la devaluación para “ganar competitividad”. El dólar es camisa de fuerza tanto para el Gobierno como para el sector privado. El único camino factible es reducir en verdad los costos. Y ahí se hace poco. Aranceles, trabas para arancelarias, rigidez laboral, tramitomanía, impuestos y demás, son factores que encarecen la producción.
Según el Foro Económico Mundial, Ecuador se encuentra en el puesto 90 de 141 países en el Índice de Competitividad Global. También nos ubica como el cuarto país del mundo con peores prácticas de contratación laboral, solo superados por países africanos. En prevalencia de barreras no arancelarias (Reglamentos INENficientes) aparecemos en el 137. Tenemos más de 200 reglamentos técnicos con el fin específico de bloquear el comercio. De acuerdo a este mismo estudio, un factor que explica la baja competitividad de Ecuador es el tamaño de los aranceles. El arancel promedio en Ecuador es 9.42%. En Colombia es 4.39%, mientras que en Perú es 1.38% y en Chile 1.04%.
Por otro lado, en el Índice Haciendo Negocios (Banco Mundial) estamos en el puesto 177 de 190 en cuanto a facilidades para iniciar un emprendimiento. La PwC estima que en Ecuador nos toma 664 horas al año el papeleo para pagar impuestos. En los países desarrollados toma 158 horas apenas.
En general, somos la octava economía menos libre de la región, 170 de 180 en el ranking de Libertad Económica, solo superados por economías represivas como Venezuela.
Volvemos a la pregunta inicial. ¿Qué necesita el Ecuador para crecer? Un gasto público inteligente, es decir, una política fiscal contra cíclica. Ganar competitividad abriendo mercados, eliminando las trabas al comercio, bajando aranceles y, facilitando la contratación y creación de empleo. Eliminar la tramitomanía para facilitar el inicio de los emprendimientos, hoy en día es vía crucis.
El desafío es duro. Se conoce el diagnóstico y la solución es clara. Hay que ejecutarla con convicción.
Comments